Hay empresas que destacan por muchos motivos: innovación, tecnología, importancia, beneficios… Sea por lo que sea, están en el punto de mira y, casi siempre, para bien.
Son esas compañías en las que cualquiera sueña con trabajar. Hacer que tu empresa sea impresionante y que los trabajadores quieran formar parte de ella es un gran reto con grandes resultados. ¿Cómo se consigue?
Apostar por los trabajadores
Para que una empresa sea realmente impresionante, que la gente la guarde en su memoria y forme parte de sus lovemarks pero, sobre todo, que quieran trabajar en ella, hay que apostar por los empleados.
No solo escoger a los mejores hace que una empresa triunfe. Incluso los mejores en su sector necesitan apoyos para mejorar cada día. Que los trabajadores se sientan bien, puedan llevar una vida satisfactoria, y que ir a la oficina no sea un sufrimiento mejora la productividad y, por tanto, los beneficios de las empresas.
Un gran ejemplo de esta filosofía es Google. No solo es conocida por ser el gigante tecnológico del momento (casi nadie pasa un día sin usar alguno de sus servicios) sino que sus oficinas y su política con el trabajador son envidiadas mundialmente. Ayudas al transporte, flexibilidad de horarios y jornadas, áreas de descanso y juegos son algunas de sus apuestas para que sus empleados se sientan cómodos. Visto sus resultados, ¡funciona!
Hacer que tu empresa sea impresionante sin hacer cosas impresionantes
Una de las cosas que más funciona para que las empresas parezcan impresionantes es crear una buena imagen de marca. Dicho así parece muy complicado y puede llevar años conseguirlo, cierto, pero los pasos son sencillos. La gente debe recordar una empresa por algo bueno, asociarla a un concepto positivo, como ocurre con Coca-Cola y su unión a la felicidad. Para ello es muy importante el marketing y la comunicación de la empresa.
¿Qué hace impresionante a una empresa? La innovación. Que día a día mejore y fabrique productos novedosos llama la atención, impresiona, atrae. Siempre hay que apostar por la innovación.
Por último, ser cercano con los clientes, escucharles, ganar confianza… Son factores que se consiguen escuchando sugerencias, críticas y peticiones y que una empresa sea impresionante por el simple hecho de preocuparse.
